En el empeño de seguir mostrando el estado de olvido, miseria y exclusión en el que viven gran parte de los venezolanos en estos tiempos de la mal llamada revolución, y en el afán se seguir desmontando la farsa del régimen de que los pobres viven mejor y los ha dignificado, les presento la segunda parte del “Barrio Adentro”.
Según me contó la dueña de la casa que visité, el 70% de los habitantes del sector está desempleado y que el famoso SISDEM implementado en PDVSA (sistema de democratización del empleo) es una total estafa ya que si no cancelas los hasta dos millones de bolívares que te piden los sindicalistas que por cierto son afectos al régimen, no obtienes el trabajo. Sino tienes el dinero como sucede con la gran mayoría de los habitantes del sector te dejan en la lista de espera y de allí queda en el olvido. Esto no tiene nombre mucho menos perdón ¿cómo estos padres y madres de familia llevan un plato de comida a su mesa? La respuesta me la dio la misma mujer, trabajan limpiando, planchando o cocinando en casas ajenas y sus maridos a diario buscando a ver que “tigrito” les sale para llevar comida a casa. Inclusive van a la alcaldía y gobernación a ver si les dan un trabajito barriendo las calles.
Todos los días al caer la noche especialmente los fines de semana no queda nadie por ninguna de las calles del barrio, ya que a partir de esa hora comienzan las bandas de maleantes a hacer de las suyas y las cantidades de disparos que realizan, a veces es tal que hacen recordar a un cohetazo de año nuevo.
Mientras todo esto sucede en toda nuestra patria el innombrable de Miraflores se empeña en comprar armas, fusiles, lanzamisiles, regalarle el petróleo y dinero de todos los venezolanos a los demás países, solo veo una respuesta ese señor odia, detesta, aborrece a os venezolanos…
Tomar las fotografías por lo inseguro del sector no fue tarea fácil, para ello debí emplear una cámara digital muy pequeña, e inclusive a pesar de que para tomarlas me acompaño el esposo de la señora con la que estuve hablando, y el tamaño de la cámara, hubo algunos momentos en los que me toco correr.
A continuación les muestro las fotografías:
La casa se les cae:
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